Mi presencia en este blog es una prueba evidente de la importancia de Internet en los tiempos que corren, como importante es su influencia en los derechos humanos, pero vayamos por partes.
Hace cuatro años tuve la oportunidad, gracias a Internet y a mi curiosidad malsana por esta maravillosa red de redes, de encontrarme con la Fundación Cibervoluntarios, con la que empecé a colaborar posteriormente.
Mis treinta años de trabajo en la mejor y mayor multinacional española -o casi, que a veces me pierde la pasión-, de cuyo nombre no quiero olvidarme y cuya actividad principal es dotar de servicios de telecomunicación a personas y empresas, entre los que se encuentra el acceso a Internet, me sirvieron entre otras muchas cosas importantes en mi vida para no tener la más mínima duda de que podía ayudar a cumplir uno de los principales objetivos de aquella organización: disminuir la brecha digital. Aún lo sigo creyendo, ahora con más motivos, y de ahí mi osadía a la hora de sentarme delante de un teclado a escribir estos posts. Sigue leyendo